Fui honesto con JAR, no escucho hace ya un tiempo música cristiana contemporánea. (Entre nos, él me dijo que tampoco). ¿Mis razones? El exceso de ruido innecesario, el individualismo galopante y la falta de una propuesta verdaderamente evangélica en clave humana, sensible al dolor que nos rodea.Pero me intrigaba escuchar el nuevo material de JAR, pues a él lo conocí en este interesante momento de su vida, con sus “maletas hechas”, de peregrinaje hacia una fe honesta con el “Misterio” y comprometido con el sufrimiento del ser humano en todas sus dimensiones.
Así que me propuse con corazón abierto escuchar sus nuevas canciones. Por sugerencia de él, me senté con una copa de vino y mis auriculares para escuchar Besos en la Frente. Lo primero que puedo decir, es que el sonido de este material es diferente a lo que había oído de él. Soy amante del sonido nostálgico, del piano melancólico, del cello y el violín que evocan el otoño, cuando el árbol de despoja de todas sus hojas para irse con todas sus fuerzas ahí dentro de sus sustratos más profundos.
Y así saboreé este disco. Como un viaje del propio JAR a su interior, despojado y sacudido de las frases lindas que suenan espirituales pero no dicen nada.Me gustaron las canciones donde resuenan versos de aquel Isaías mirando el horizonte de Justicia y Paz en medio de un mundo que se olvidó de la solidaridad.Temas que abordan el seguimiento a Jesús, el amor de Padre, la iglesia con sus claros y oscuros, la solidaridad, la esperanza de un mundo nuevo y la paz suenan en este material.
Quienes hemos enfrentado aquellas noches oscuras, como náufragos golpeados por sombras amenazantes, entendemos y apreciamos letras que hablen de aquel Padre bueno, presencia incondicional que trae paz. Letras que aparecen también en ese disco en más de una ocasión. En una cultura evangélica que abusa del ruido para acercarse a Dios, nos hace falta recuperar el valor del silencio y el corazón contemplativo. Y eso también percibí en este disco. La contemplación, que es el lenguaje de lo inconfesable, permea casi todas las canciones.
Mi conclusión: Dicen que el arte es la ruta sanadora de todos los que han sido heridos por el mundo. Es la oración silenciosa, un ruego hecho con las manos, las letras y la música del hombre y la mujer que esperan un mundo nuevo.Y así mismo percibí Besos en la Frente, una oración en medio de este camino que aún queda por recorrer, donde muchos como Jesús Adrián venimos con distintas heridas, al encuentro con el otro y al encuentro con el bondadoso Carpintero que siendo nuestro Rey no tiene miedo de esconder las suyas.
Para todos y todas que escucharán esta nueva producción musical, espero que la disfruten, así como yo lo he hecho.
Salud.
Ulises Oyarzún
Fuente: zonavertical.com
Ulises Oyarzún
Fuente: zonavertical.com
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